Moneda recuerdo Catedral de Santiago
La Moneda recuerdo Catedral de Santiago de Compostela está fabricada con una aleación de distintos metales cobre, zinc, estaño y otros. Mediante procesos químicos y de oxidación conseguimos acabados de gran calidad en dorado, plateado o envejecido según el caso.
Variantes: Disponible en tres colores Dorado, Plateado y Antiguo.
Tamaño: 30 mm diámetro.
3,00 € – 3,90 €
Descripción
La Moneda recuerdo Catedral de Santiago está fabricada con una aleación de distintos metales cobre, zinc, estaño y otros. Mediante procesos químicos y de oxidación conseguimos acabados de gran calidad en dorado, plateado o envejecido según el caso.
El grabado se consigue mediante la técnica de acuñación, utilizamos para ellos matrices o troqueles creados artesanalmente por nuestros grabadores y torneros.
Características :
Variantes: Disponible en tres colores Dorado, Plateado y Antiguo.
Tamaño: 30 mm diámetro.
Mas detalles:
Todas las monedas de nuestra colección incluyen funda protectora plástica.
Las fundas protectoras protegen el metal de posible oxidación y aseguran la buena conservación de nuestras monedas.
Historia:
La peregrinación a Santiago fue el acontecer religioso y cultural más destacable y más profundamente vivido de la Edad Media, hecho reconocido recientemente por el Parlamento Europeo, que designó al Camino Primer Itinerario Cultural europeo, y por la UNESCO, que lo declaró Patrimonio de la Humanidad.
El descubrimiento del sepulcro del Apóstol Santiago, hijo de Zebedeo y hermano de Juan Evangelista, cambió la faz de un pequeño asentamiento de origen romano del noroeste ibérico que, en el olvido de los siglos, se había transformado en necrópolis. Significó además un vuelco en la historia espiritual de un continente que pronto se lanzó a labrar un camino para llegar hasta la preciada reliquia.
Durante más de mil años, el Camino de Santiago ha conducido a los peregrinos hasta el santuario de un apóstol de la Cristiandad: Santiago el Mayor. Su tumba, descubierta una noche del 813 en el monte sagrado del Libredón, bajo una lluvia de estrellas, sería la piedra fundacional de una prodigiosa Catedral y de una ciudad que, desde entonces, atraería las huellas de los caminantes hasta convertirse en un destino con el rastro y el eco de toda Europa.
Cada vez que un peregrino se echa a andar por las viejas sendas continentales del Camino de Santiago, se pone en marcha un antiguo mecanismo de búsqueda común a toda la Cristiandad: el viaje hacia la Salvación. Y, con él, vuelve a iniciarse la experiencia profundamente humana del propio descubrimiento. Así como las rutas que conducen a Santiago son muchas, múltiples son también las vías para el hallazgo más íntimo. Ése que aseguran experimentar todos los peregrinos a medida que avanzan por los caminos de los encuentros fortuitos o de la soledad. De las voces y del silencio, del paisaje umbrío o la seca llanura, en pos de una única meta: Santiago de Compostela.
El lugar de enterramiento del Apóstol Santiago:
En el Monte Libredón, quedó en el olvido hasta que, en torno a los años 820-830, fue descubierto, en tiempos del obispo Teodomiro de Iria Flavia. Cuando el rey Alfonso II tuvo noticia del descubrimiento mandó que se construyera en el lugar un templo para acoger el sepulcro. Pronto se quedó pequeño para acoger a los peregrinos que comenzaban a llegar. Por mandato de Alfonso III se inició la construcción de una nueva iglesia, consagrada en el año 899.
Tras el esplendor del barroco, el siglo XIX supuso un período de crisis, debido a causas diversas, políticas, sociales y económicas que afectaron, también, a toda la ciudad.
El fenómeno jacobeo :
El resurgir del fenómeno jacobeo se inició en la noche del 29 de enero de 1879, cuando un grupo de canónigos encabezado por López Ferreiro, con el apoyo del cardenal Payá, halló, en el trasaltar, la tumba apostólica. Oculta en aquel lugar desde los tiempos del arzobispo Sanclemente, en el siglo XVI.
Tras este redescubrimiento de las reliquias del Apóstol Santiago el Mayor, certificados en 1884 por el Papa León X con la Bula Deus Omnipotens, el fenómeno jacobeo vivió un primer resurgir.
Un renacimiento de las peregrinaciones que, en las últimas décadas del siglo XX. Vinculado a la celebración de los años santos, vive una nueva etapa. Tras las visitas papales de San Juan Pablo II y Benedicto XVI, y con decidido apoyo de las administraciones públicas.
Entre los años 2010 y 2020 en la catedral de Santiago se desarrolla una amplio programa de rehabilitación y restauración. Sin perder la esencia de un lugar que, a lo largo de sus mil doscientos años de historia, ha sido punto de referencia y acogida para millones de fieles y peregrinos.
Información adicional
Color | Dorado, Plateado, Antiguo |
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